En esta ocasión la actividad era caminar por las tierras de Huesca, improvisando sobre la marcha las cimas a subir. Se trataba de subir cimas y no bajar simas, aunque al final todo se junta...
Quedé el viernes en Manresa con Asun y Eva que venían juntas. Allí dejaron su coche y continuamos el viaje con el mío. En Bellpuig recogimos a David y nos pusimos en contactocon Lidia que venía de Castellón para saber dónde estaba y quedar en un lugar para unirse al grupo. Nos dijo que estaba aparcada en un puticlub cerca de la entrada de un pueblo. Llegamos al lugar en cuestión y, en el inmenso aparcamiento, no había ni un coche. Pensamos que había decidido acercarse al pueblo para quedar en un lugar más "normal". Tampoco estaba allí.
Nueva llamada:
Quedé el viernes en Manresa con Asun y Eva que venían juntas. Allí dejaron su coche y continuamos el viaje con el mío. En Bellpuig recogimos a David y nos pusimos en contactocon Lidia que venía de Castellón para saber dónde estaba y quedar en un lugar para unirse al grupo. Nos dijo que estaba aparcada en un puticlub cerca de la entrada de un pueblo. Llegamos al lugar en cuestión y, en el inmenso aparcamiento, no había ni un coche. Pensamos que había decidido acercarse al pueblo para quedar en un lugar más "normal". Tampoco estaba allí.
Nueva llamada:
-- ¿Dónde estás?.
-- Donde os he dicho, en el club.
Volvemos otra vez y no hay ningún coche en el parking, alguien se da cuenta de que ha aparcado en un recinto interior del club y allí está esperándonos junto a la puerta. Al lado, otro coche espera a dos chicas que parece que han ido al club a pedir trabajo. Hacemos las bromas pertinentes por su osadía y buscamos un lugar mejor para dejar su vehículo.
Seguimos el viaje los cinco juntos. Paramos a cenar en Broto y, sin más contratiempos llegamos a Linás de Broto, donde tenemos reservada habitación en un refugio.
El sábado amanece y tras desayunar decidimos que subiríamos al Pico Otal (2709 m). Nada más coger el coche nos encontramos con Raúl, un compañero espele de Madrid, hablamos un poco y continuamos, al cabo de un rato nos cruzamos con Jordi, otro compañero espele de Barcelona. Finalmente aparcamos en el lugar previsto e iniciamos la ascensión.
Volvemos otra vez y no hay ningún coche en el parking, alguien se da cuenta de que ha aparcado en un recinto interior del club y allí está esperándonos junto a la puerta. Al lado, otro coche espera a dos chicas que parece que han ido al club a pedir trabajo. Hacemos las bromas pertinentes por su osadía y buscamos un lugar mejor para dejar su vehículo.
Seguimos el viaje los cinco juntos. Paramos a cenar en Broto y, sin más contratiempos llegamos a Linás de Broto, donde tenemos reservada habitación en un refugio.
El sábado amanece y tras desayunar decidimos que subiríamos al Pico Otal (2709 m). Nada más coger el coche nos encontramos con Raúl, un compañero espele de Madrid, hablamos un poco y continuamos, al cabo de un rato nos cruzamos con Jordi, otro compañero espele de Barcelona. Finalmente aparcamos en el lugar previsto e iniciamos la ascensión.
La primera hora seguimos el camino que nos lleva a la boca de la sima T1. Hacemos las fotos pertinentes y nos acercamos a una cueva cercana que tiene su base completamente llena de hielo.
Proseguimos la ascensión disfrutando de un paisaje variado y lleno de simas que forman una gran franja gris. Cuando nos vamos acercando a la cima una parte del grupo se ha distanciado. Tres llegan a la cumbre y dos nos quedamos a unos 200 metros, rodeados por un mar de niebla.
La mayor parte del descenso lo hacemos acompañados por la lluvia que no pasa de ser molesta y que no dificulta especialmente el caminar.
Unas cervecitas en el bar y volvemos al refugio. Es temprano y tenemos toda la tarde por delante. Tras la ducha de rigor, tenemos tiempo para abundantes masajes, estiramientos, más cervezas, una pequeña vuelta por el pueblo, algún que otro juego, etc., todo ello esperando la hora de la cena. Una sopa bien caliente nos entra de maravilla en pleno mes de agosto.
Toda la tarde ha estado lloviendo y nos metemos en la cama con una fuerte tormenta en el exterior que durará la mayor parte de la noche.
Ya es domingo. El tiempo nos aconseja no hacer una cima y buscamos un itinerario más asequible y seguro. Nos decidimos por seguir el Cañón de Añisclo.
Desde allí nos desviamos a la cercana Cueva del Moro o Cueva de Molino de Aso. Hacemos una pequeña visita (vamos tres espeleólogos en el grupo) y proseguimos.
Una compañera decide no continuar la excursión y los otros cuatro seguimos el cañón disfrutando de sus variados paisajes, acompañados en varios tramos por el estruendo del agua producido en los numerosos saltos que encuentra su paso.
Vamos justos de tiempo, por lo que optamos por no acabar el itinerario, el punto de vuelta lo fijamos en la Fuente Blanca. Seguimos disfrutando del paisaje, ahora en sentido contrario.
Llegamos al coche con mucha hambre. Nos dirigimos a un restaurante y tras una buena comida continuamos el camino hacia casa, primero nos despedimos de Eva y Lidia, luego de David y finalmente dejo a Asun en su coche.
De vuelta a casa veo que David ya ha colgado fotos en internet.
Un fin de semana muy entretenido y en muy buena compañía...
2 comentarios:
correcto relato, pero muy serio...
Aixxxxxxxxxxxxxx que tiempos aquellos explorando el T1. Vel que "el manco" continua con sus piedras señalizadoras, e incluso las ha mejorado jajajajajajaja.
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