EL BROGIT DE LA VALL

Refugio de La Riba

Cuando hace mes y medio se cruzaron en mi ordenador dos propuestas para el primer fin de semana de diciembre tuve un dilema entre ir a Cantabria con mis nuevos amigos del GEXXI o hacer una excursión con varios amigos de hace años, que no siempre puedo ver con la frecuencia deseada. Finalmente elegí esta segunda opción, que además me permitiría disfrutar de una actividad que realizo más esporádicamente.
La propuesta, como siempre, partía de Jordi Riera. En esta ocasión se trataba de seguir durante tres días una nueva ruta “organizada” llamada El Brogit de la Vall, en las proximidades de Montblanc (Tarragona).

La primera sorpresa fue que pedían por adelantado un 70% del importe total para realizar la reserva y el otro 30% se tenía que pagar quince días antes de iniciar la actividad. Parecía una cifra abusiva y así se les hizo saber, pero dijeron que era lo que tenían estipulado. La siguiente sorpresa es que una semana antes de la excursión anulamos una de las diez reservas iniciales y se negaron a devolvernos el dinero pagado. Sobre la marcha comprobamos que el sobreprecio que hay que pagar por centralizar la reserva en la Central de Reservas, en lugar de ponerse en contacto directamente con los refugios a utilizar (en torno al 60 o 70 % de más) no tenía ninguna compensación.
En la Central de Reservas nos dijeron que había mantas en todos los refugios, así que algunos de nosotros optaron por llevar un saco-sábana de seda en lugar de un saco de dormir para rebajar el peso de la mochila. Cual fue nuestra sorpresa al comprobar que en el refugio de La Riba no tenían ni una sola manta y en el de Mont-Ral muchas menos que la capacidad del mismo. Eso sí, en Els Cogullons tenían de sobras. Todos bien juntitos y el frio se hace más soportable. En cuanto al refugio de Mont-Ral también destacar la nota negativa de que al llegar sobre las tres de la tarde, tuvimos muchas dificultades para encontrar espacio para dormir ya que las personas que habían pernotado la noche anterior o habían llegado más temprano se habían distribuido a su antojo ocupando diferentes colchones. Finalmente 5 tuvimos que dormir en un colchón en el suelo y otros 4 en literas. También, creo que un refugio con la capacidad de éste no puede tener tan solo dos lavabos para atender las necesidades de todos los huéspedes.

Aunque todo el comentario hasta ahora parece negativo, quiero destacar que el trato de cada refugio fue bastante correcto, incluso con nota elevada. La parte negativa es el conjunto, ese invento llamado El Brogit de la Vall. Precio elevado, exigencias económicas abusivas (70% del importe para reservar y no devolución, ni tan solo parcial, de la anulación), desconocimiento de las características de los refugios (mantas), nula comunicación entre refugios (cada cual va por libre, sin un “sentimiento” de producto estructurado), además de un track defectuoso que nos facilitaron para el GPS que complicaba su instalación.
El sobreprecio quizá lo quieran justificar con los productos de “regalo” que dan a los participantes: Una navaja multiusos bastante sencilla, una camiseta más bien normalilla, una gorra tipo Sahara (parece de calidad) y un mapa por persona ¡¡¡¡para que queremos 9 mapas!!!! (Podrían descontar el precio del total a pagar a aquellos que no lo quisiesen, porque además lo normal es haber comprado un mapa antes de ir a la ruta para poder organizarla). Además de tratarse de artículos que todos los aficionados a la montaña ya tenemos. Aunque este paquete de “regalos” parece que es lo que se impone en este tipo de rutas “con nombre”.

Por otra parte, es casi imposible hacer la ruta pernoctando en los cuatro refugios propuestos, ya que uno está lleno casi todos los fines de semana y otro solo abre los fines de semana.

Molino papelero abandonado

Refugio Els Cogullons

Yendo a la actividad en sí, se trata de un recorrido un tanto artificial que se justifica para hacer suficientes kilómetros entre un refugio y el siguiente. Hay algunos tramos interesantes y otros que sobran y se hacen pesados. La parte positiva es que, si se desea, se puede recortar varios kilómetros al recorrido siguiendo los caminos más directos.

Evidentemente y salvando las críticas organizativas aquí vertidas, ha sido un fin de semana muy interesante en compañía de 8 amigos que nos ha permitido tener largas conversaciones y ponernos al día de nuestras vidas.

Momentos de relax