BTT - JORNADA DE REFLEXIÓN

En esta ocasión he conseguido realizar un proyecto que llevaba muchos años esperando, la subida en bicicleta de montaña desde Àger hasta la zona de espeleología en la que estado en innumerables veces y donde podemos encontrar, entre otras, la Grallera de Alsamora, la Grallera de Corona, la Grallera del Boixaguer y la Grallera Gran del Corralot.
Una vez aparcado el coche en el Camping de la Vall d'Àger iniciaba el recorrido hasta el cementerio, donde se inicia la pista que asciende hacia el Coll d'Ares. La ascensión ha perdido algo de gracia desde que fue asfaltada hace ya algunos años, pero aún así se hacen inacabables los 15 kilómetros de continua subida con un pequeño respiro a poco del final. La pendiente, según unas indicaciones que he ido encontrando a lo largo de la pista (se hacía alguna competición de bicicleta de carretera) iban desde algo más del 6 por ciento hasta el 9 por ciento.
Estoy contento porque a pesar del mayor peso de la btt y del perfil más ancho de los neumáticos, en comparación con las bicicletas de carretera, y del lastre extra que llevaba (cámara de fotos, GPS, 2 litros de agua, etc.) he aguantado con bastante dignidad el ritmo de los compañeros carreteros que he ido encontrando. También estoy contento porque he conseguido hacer toda la ascensión sin usar en ningún momento el plato pequeño. Estoy contento porque la bicicleta, y yo encima de ella, hemos hecho los primeros 7.000 kilómetros. Estoy contento porque no tengo motivos para no estarlo. ;-)




El caso es que he ido subiendo, disfrutando del paisaje fantástico que tenía primero por arriba y más tarde por abajo. Una vez en el Coll d'Ares he contemplado durante unos minutos al numeroso grupo de parapentistas que esperaban el momento de iniciar el vuelo y he seguido en dirección a la Grallera Gran del Corralot.


A estas alturas ya no tenía claro si llegaría, me había olvidado la comida y empezaba a tener hambre. A partir de este punto la pista ya no está asfaltada y he ido avanzando, primero he llegado a Sant Alís, con algo más de 1000 metros de desnivel desde Àger y me he animado a seguir hasta encontrar dos vehículos en el aparcamiento que hay un poco antes de llegar al Seat 600 abandonado y clásico de este lugar.


Eso me ha incitado para seguir hasta la Grallera y saludar a los compañeros espeleólogos si coincidía con ellos, pero poco después he pensado que aún quedaba un buen trozo y he decidido volver, aún quedaban 21 kilómetros de vuelta, eso si, casi todos de bajada.




Con esos dos coches se ha producido la anécdota del día. He mirado el adhesivo del cristal para ver de donde eran y me he quedado con que eran del Centre Excursionista SIONISTA de Lleida.

He alucinado y lo he vuelto a mirar, hasta le hecho una foto para mirarlo con calma en casa. No entendía como podía haber un centro excursionista sionista y además yo sin saberlo. El caso es que antes de escribir este artículo he mirado en el Google para obtener más información y entonces me he dado cuenta del error. Lo que hace el cansancio y vivir en un mundo en que todo es posible.
En definitiva, un proyecto más cumplido y unos gemelos un poco más contundentes...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ei Joan! Com va? ja fa molt de temps des que ens trobàrem al Balconet amb gent del GEXXI
Doncs sí, hi estàvem al graller gran cansant-nos una mica. Si t'haguessis arribat, corda i material no t'hauria faltat per fer una mica d'espelebtt, jejeje.
I sí, som del GELL del Centre Excursionista (tot apegat) de Lleida
Una abraçada company.
Jaume