MAGDALENA EN CASTELLÓN


Buena filosofía. La vida son cuatro días.

Este pasado fin de semana otra vez me tocaba hacer actividades festivas en lugar de deportivas. Concretamente he estado en las Fiestas de la Magdalena de Castellón de la Plana.
Al contrario de lo habitual en las fiestas mayores de España, que van vinculadas a algún Santo o Santa, aquí se conmemoran los orígenes de Castellón, recordando el traslado de la ciudad desde la colina de la Magdalena hasta el plano fértil cercano al litoral en el año 1.251.
Las fiestas fueron declaradas de interés turístico internacional en 2010, tienen una duración de 9 días y se celebran a partir del tercer sábado de cuaresma. No se lo monta mal esta gente, acaban las Fallas y empiezan la Magdalena.

Tuve la oportunidad de asistir a una sesión de la Mascletá. Consiste en la explosión de gran cantidad de artificios pirotécnicos a nivel del suelo, donde el elemento más importante es el ruido producido y el ritmo. Es impresionante la sensación que se produce en el momento más álgido de las explosiones.
¡¡Cuando explote todo esto!!
Falta una...

Ya estamos todos.
Lo que no podía faltar tampoco es nuestra presencia en el Mesón Asturiano. Mira por donde, uno de los lugares clásicos de estas fiestas. Una buena sidra y los típicos platos asturianos, con la música en directo de un grupo de gaiteros.
Gaiteros en directo.
Rico, rico... ummmmm.

Otro de los elementos característicos son los castillos de fuegos artificiales, donde la parte más importante esta constituida por el elemento visual y no el sonoro como en la mascletá. En esta ocasión lo contemple desde la azotea de un edificio.

Cuando me dijeron que el Pregón era muy interesante no le di crédito. Esperaba a alguien dando un discurso, pero nada más lejos de la realidad. El Pregón o Cabalgada del Pregón consiste en un acto, que dura unas cuatro horas, en el que desfilan representaciones de mitología, historia, costumbres y folclore típicos de Castellón, donde no faltan los bailes y la música.






La idea para el domingo era asistir a la Romería de les Canyes. Ésta recorre varias calles de la ciudad y a través de caminos llega a la ermita de la Magdalena, donde se puede disfrutar de una paella gigante. Finalmente decidimos hacer una excursión por la montaña hasta llegar al Cim de Bartolo, después un aperitivo en un restaurante de la zona y más tarde, junto al mar,… una paella.
El paisaje a nuestro pies.

En la cima, pero falta una...

En el aperitivo... ya no falta esa una...


Buen fin de semana en buena compañía. Si puedes ve el año próximo a Castellón, vale la pena asistir a estas fiestas.

¡¡¡¡Vida de perros!!!!

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