Estamos acostumbrados a leer diferentes artículos en internet y en revistas especializadas sobre materiales técnicos para la practica de la espeleología y el descenso de barrancos, también encontramos numerosos catálogos de fabricantes de material que muestran los productos que fabrican y otros que comercializan con su nombre o el de terceros.
Ahora mismo tengo sobre la mesa un catalogo, de una cadena de tiendas francesa dedicada a la venta de material de montaña, con más de 200 paginas, una gran parte de ellas dedicadas a la espeleología y al descenso de barrancos. Podemos encontrar equipamiento personal (monos, calcetines, botas, arneses, cascos, iluminación, etc), material de progresión e instalación (cuerdas, chapas, martillos, mosquetones, etc.), útiles de transporte (petates de múltiples tamaños y características diversas), elementos de topografía (libretas, clinómetros, etc.), así como una inmensa cantidad de artículos varios (rotuladores de marcaje de cuerdas, letras para marcaje de material duro, hornillos, mantas de supervivencia, bisutería, navajas, etc.).
Toda esta introducción es para llegar al tema que origina este artículo: un elemento auxiliar llamado plastificadora de documentos.
Hace no mucho tiempo, un compañero me explicaba los problemas que había tenido haciendo una travesía integral porque llevaba una fotocopia de la topografía sin ningún tipo de protección. A medida que fue pasando el tiempo, las gotas de agua, la humedad y el barro, transformaron aquella fotocopia en un paisaje de manchas negras imposibles de interpretar, lo que le ocasiono una pérdida de varia horas. Esta misma situación me sucedió a mí con la fotocopia de la descripción de la aproximación a una cavidad cántabra, la topografía estaba plastificada pero la aproximación no. Empezó a llover y a medida que teníamos que ir consultando la descripción la hoja se fue emborronando, dificultando enormemente su lectura
La falta de una buena topografía de la cavidad o de la descripción de la misma nos puede suponer fácilmente algún problema de más o menos entidad: no encontrar la cavidad, demorar la progresión ante dudas sobre el camino a seguir, perdidas, etc.
Por todo ello es importante contar con una buena topografía y descripción de la cavidad que queremos visitar pero, de nada sirve contar con esos elementos si pueden quedar inservibles por su destrucción parcial o total.
Está claro que llevar la fotocopia en el bolsillo, si se trata de una cavidad grande y húmeda, puede tener consecuencias fatales. Una alternativa bastante habitual es llevar la topografía en el bote estanco, con ello la tenemos protegida del entorno, pero se dificulta su consulta ya que hay que parar, abrir el petate, abrir el bote estanco, consultar y realizar de nuevo el proceso inverso.
Una posibilidad alternativa (que puse en practica en numerosas ocasiones en el pasado) es plastificar la topografía y la descripción con láminas plásticas adhesivas (tipo Aironfix). Una alternativa aún mejor, por la calidad de la protección y la comodidad, y con un coste realmente bajo, es plastificar los documentos con una maquina plastificadora.
Hay numerosos modelos en el mercado y por unos 30 euros podemos conseguir una adecuada para nuestras necesidades. Si miramos en grandes superficies comerciales no resulta difícil encontrar un aparato por un precio inferior. Normalmente todas aceptan el formato de lamina A4 e inferiores y, las más sencillas y baratas, pueden usar laminas de 80 micras, más que suficientes para nuestras necesidades.
Las laminas se venden en paquetes, habitualmente de 25 ó 100 unidades, y cada una cuesta entre 10 y 15 céntimos. Con una sola lamina A4 en realidad podemos plastificar el equivalente a dos hojas de esa dimensión, ya que colocaremos nuestras topografías y descripciones mirando en sentido opuesto y plastificaremos las dos hojas a la vez, de tal forma que nos quedará un documento impreso por las dos caras. Una vez plastificados los documentos, cortaremos con una tijera al tamaño que consideremos más adecuado para que nos quepa en el bolsillo del mono, entre los dos monos, etc.
El aparato que yo uso es de la gama más baja y comprado en un hipermercado. Su funcionamiento es muy sencillo: se conecta a la electricidad, se espera un minuto o dos para que se caliente, se introduce la lámina con los documentos en su interior (en realidad son dos laminas unidas por un extremo) en la parte anterior del aparato y, automáticamente va saliendo ya plastificada por la parte posterior.
En conclusión, con una inversión inferior a lo que cuesta la mayoría del material que usamos para la práctica de la espeleología o el descenso de barrancos, podemos adquirir un material auxiliar que nos facilitará y hará mas seguro el desarrollo de nuestra actividad. Otra ventaja es que cuando acabemos nuestra actividad podremos guardar esos documentos para un uso posterior ya que estarán en perfecto estado de conservación.
Evidentemente encontraremos otros usos más caseros: proteger fotografías, documentos, manuales, etc.
Puede ser el regalo ideal cuando preguntamos ¿que te gustaría que te regalase? y te contestan: "No se, tengo de todo".
4 comentarios:
mis regalos preferidos serían
clinometro, taladros, tht, tractels, escarpas, macetas, palas, cuerdas, percutores, cheques gasolina, gomas neumaticas, etc, etc, etc.
hay quién preferira sombrilla, chanqletas, medallas, alavanzas, etc, etc
Molt inteligent el teu amic de la fotocopia cutre sense plastificar...
La inteligencia a vegades es tindria que medir per el grau de imbecilitat dels elements en questio
incordialment: J coma
justamente!
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