GEXXI - FOU DE BOR... Y MÁS.


El viernes a las 4 de la tarde salía hacia Bassella, donde me reuniría con el primer compañero del GEXXI. La espera me permitía contemplar una concentración de motos clásicas venidas desde diferentes puntos de Europa y ver algunas piezas realmente curiosas o, como mínimo, anecdóticas en nuestro deambular cotidiano por las calles de la ciudad.
Nuestro siguiente destino era el Refugio de la UEC en La Molina. Un par de horas más tarde se reunía con nosotros otro compañero y nos desplazábamos los tres a cenar en un pueblo cercano.

El sábado nos dirigimos al pueblo de Bor, donde en pocos minutos llegaban otros dos compañeros.

Los cinco (cuatro del GEXXI y un invitado) nos dirigimos hacía la cercana Fou de Bor. Comenzamos la progresión probando por diferentes galerías, disfrutando de las típicas trepadas, destrepadas, pasos estrechos y toboganes húmedos que caracterizan esta cueva.
Tras un buen rato, y ya completamente embarrados, llegamos al famoso sifón que unas veces te permite continuar la visita hacía las galerías más profundas y otras hace de filtro, preservado esta zona de las visitas masivas. Las abundantes lluvias de este año tenían el paso lleno de agua por completo, sin dejar el más mínimo espacio libre entre ésta y el techo de la corta gatera.
El entorno estaba repleto, como siempre, de cubos y útiles similares para intentar vaciar el sifón. En esta ocasión, como novedad desde mi última visita, había un dispositivo consistente en un bidón unido a una gruesa y larga manguera que tenía por misión facilitar el vaciado del sifón mediante el sistema de vasos comunicantes.

Estuvimos largo rato intentando llenar la manguera de agua para poder cebar el sistema y que cumpliese su misión, pero fuimos incapaces de conseguir que funcionase. Por otra parte, intentar vaciar el sifón a base de sacar cubos de agua era misión imposible, así que optamos por desistir de continuar por esta zona . Salimos de nuevo al exterior, comimos un poco y entramos de nuevo, para seguir ahora la galería que lleva al lago - o sifón-. Unos compañeros salieron por la Tuta Freda y otros por la Fou.

Ya de nuevo en los coches nos dirigimos a un restaurante para coger fuerzas y comentar la jugada. Después, uno de los integrantes de la actividad marcho para casa y los cuatro restantes nos dirigimos a Andorra. Habíamos reservado un hotel de cierto nivel y a muy buen precio. Después de dejar los trastos en la habitación pasamos un rato por la sauna y después un largo baño relajante en la piscina ¡esto es vida!.
De nuevo al coche para buscar un sitio donde cenar. Vuelta al hotel y a dormir.

El domingo nos levantamos algo tarde y, después de desayunar en el buffet libre del hotel, nos dirigimos a Canillo, donde nos esperaban las actividades del domingo. En esta ocasión no era espele si no un par de vías ferratas, concretamente la de Racons y la del Canal del Grau. Un par de horas más tarde habíamos superado las dos vías disfrutando del paisaje y de la compañía.

Aún nos quedaba toda la tarde libre. Llegamos justo antes de que cerrase una tienda clásica de deportes de montaña de Andorra y aproveché para comprar unas cuantas chapas y mosquetones que, a partir de ahora, podré aportar a las actividades del GEXXI, junto con la cuerda de 100 metros que compré hace unos meses.
Más tarde, durante la comida, hicimos nuevos planes para actividades futuras y comentamos algunas de las actividades ya previstas. Luego más compras... había que aprovechar el viaje.
Finalmente llegamos a casa acompañados por la misma lluvia intensa que nos había acompañado durante la ida pero que se había comportado perfectamente mientras estábamos en el exterior.
En conclusión, otro fin de semana muy intenso e interesante en buena compañía… aunque, en ocasiones se metan con mis juegos de palabras.

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