BICI + VÍA FERRATA

Este fin de semana ha sido uno de los dos que permaneceré alejado de la espeleología, aunque solo en parte ya que todos mis compañeros de actividad están vinculados de una forma u otra con ese mundo oscuro.

El sábado tocaba una excursión en bicicleta de montaña por la comarca del Ripollès. Ha significado la primera actividad sobre dos ruedas después de la última etapa de la Vía de la Plata, hace algo más de dos meses.
Cuatro amigos seguimos un interesante itinerario, con numerosos charcos y zonas inundadas, cosa casi inevitable con este año tan lluvioso que estamos viviendo. Han sido poco más de 30 kilómetros con bastante desnivel, pero como vuelta a la bici ha sido suficiente.
Una comida tardía en una terraza de Ripoll y unos pocos kilómetros de epílogo, pedaleando, ponían fin a la jornada en bici. Todo el día estuvimos amenazados por la lluvia pero sin dejarse ver en ningún momento.
El domingo tocaba una Vía Ferrata en Montserrat, la clásica Teresina. Se trata de la vía de estas características más antigua (o una de las más antiguas, según el criterio adoptado) de toda España.
Es una combinación de tramos ascendentes, algún tramo descendente y algunas zonas de caminar entre vertical y vertical, que salva un desnivel total de 350 metros y que nos muestra un paisaje espectacular de la propia montaña y de gran parte de la comarca del Bages.
A pesar de alguna información que circula por internet, desde mi punto de vista está correctamente instalada y el material en suficiente buen estado como para que sea una actividad segura. Alguna zona no dispone de escalones pero solo en aquellos tramos que la roca tiene suficiente agarre para hacer innecesaria la instalación de los mismos.
Hay un cosa importante que hay que tener en cuenta para quien quiera hacer esta vía ferrata y es la cantidad de piedras sueltas que hay en diferentes lugares del trazado y que irremediablemente caen, especialmente si tenemos en cuenta la gran cantidad de gente que hace La Teresina cada fin de semana. Sin ir más lejos una piedra me impactó justo sobre el labio superior, con la suerte de que era pequeña y solo me produjo una herida mínima.
Por otra parte pudimos comprobar la inconsciencia y desconocimiento de muchas personas que se acercan a aquellas actividades de montaña, aparentemente fáciles, como las vías ferratas, el descenso de cañones e incluso las excursiones a pie.

Encontramos un “grupo alegre” en el que dos de sus miembros llevaban los arneses sin la vuelta de seguridad de la cinta de ajuste del arnés. Les explicamos que ante una caída o tensión continuada se podía acabar abriendo el arnés y no se inmutaron demasiado. Otros dos no llevaban casco, tan solo una gorra…
También encontramos en dos tramos de la vía a dos “adultos” que iban con dos niños muy pequeños que, por lo que se percibía, no lo estaban pasando muy bien, quizá es mejor comenzar por cosas más asequibles.

La jornada se prolongó en el restaurante de un pueblo cercano y una excursión "zarza a través" dejándonos en la retina una imagen completa de Montserrat.
A la vuelta, ya de noche, me encontraba con la petición de un nuevo compañero para incorporarse al GEXXI. Poco a poco se va formando un grupo sólido y, a pesar de la procedencia diversa, tanto geográfica como “cultural”, todos nos vamos conociendo y engrandeciendo nuestras perspectivas.

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