Este pasado fin de semana hemos vuelto a Cova Cuberes, después de la visita que hicimos en julio del año pasado. En aquella ocasión, la lentitud de la progresión nos hizo quedarnos a medio camino de lo que teniamos previsto.
A lo largo de toda la semana han caído abundantes lluvias en la zona, por lo que teníamos bastantes posibilidades de que la boca estuviese inundada e impenetrable, aún así cuatro compañeros del GEXXI nos arriesgamos a hacer el viaje en balde.
Cuando hacíamos la aproximación pudimos comprobar como bajaba el arroyo con un cierto caudal, así que estuvimos expectantes hasta llegar a la boca. La cascada que hay junto a la entrada de la cueva bajaba con bastante volumen y una parte del agua se colaba hacia el interior de la gatera.
Iluminamos con nuestras linternas, pudiendo comprobar como el agua penetraba menos de dos metros hacia el interior y con una altura de unos pocos centímetros. Para evitar que entrase más agua incrementamos la altura de la pequeña muralla que ya había e hicimos algo más profundo el canal de desagüe.
Dos compañeros optaron por hacer los tramos iniciales, que siempre están inundados con mayor o menor nivel de agua, usando sendos neoprenos; los otros dos optamos por entrar solo con el mono exterior. El agua está bastante fría pero es soportable y el tiempo que se está dentro del agua no es mucho por lo que, desde mi punto de vista, se puede entrar solo con el mono de cordura (como he hecho siempre que he visitado la cavidad).
Una vez superados los tramos inundados nos pusimos los calcetines secos, así como la camiseta y el mono térmico que habíamos protegido del agua con bolsas estancas (un par de bolsas de basura pueden hacer esta función si intentamos que el agua no penetre demasiado en le petate).
Poco antes de la Gatera Auzmendi paramos a comer algo y descansar unos minutos. Después proseguimos hacia la parte siguiente de la cavidad, con un formato bastante diferente, basado en espacios más amplios y profusión de formación diversa.
En la foto anterior podemos observar el espeleólogo pasando de la Gatera Auzmendi, arrastrando un petate ya previsto y otro que se engancho "accidentalmente" al primero. Poco después aparecen numerosas formaciones.
Llegamos hasta el Pou de la colada y bajamos usando, como en toda la cavidad, las cuerdas ya instaladas. El caminar por abajo nos hizo completar un circulo, saliendo de nuevo a la galería superior. En ese momento decidimos iniciar el regreso hacia el exterior.
En la zona inundada los compañeros con neopreno optaron por colocárselo de nuevo y los otros salimos con la ropa que habíamos hecho la cavidad. Desde la salida hasta el coche hay unos pocos minutos y se puede ir perfectamente con la ropa mojada y los trastos colocados.
De regreso al camping una buena ducha calentita y una cena también calentita en La Pobla de Segur. El madrugar el domingo me permitió observar a una familia de ardillas juguetear por los árboles. Luego algo de turismo e ir volviendo para casa, con la sensación de haber pasado un fin de semana muy agradable en buena compañía.
Y ya para acabar, el chiste del fin de semana:
En Toronto hay una torre de comunicaciones muy alta... ¿Sabes que se ve desde allí?... Toronto entero, torontontón, torontontero, toron...
1 comentario:
Muchas felicidades. No soy un experto en espeologia pero me apasiona este mundillo. Este julio he estado por Serradell y no he encontrado la entrada de la cueva.
Sí que hemos encontrado el "Forat de Gel", una cavidad espectacular que tambien está por la zona (al sur de Tremp).
Joan.
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