Hace cosa de un mes y a partir de la propuesta de Jordi Riera, que también ha coordinado todo el proceso, se gestó la excursión que relato a continuación. La colaboración de Miquel Reyes en los mapas y, de forma más puntual, del resto de los excursionistas ha ido conformando la propuesta final.
Han sido cuatro días caminando y cerca de 80 kilómetros en un circuito en forma de ocho, por tierras de la Albera. Esta zona geográfica transcurre en la zona este de la península, a caballo entre España y Francia, o Catalunya – Catalunya Norte, según los gustos.
El viernes por la tarde salíamos desde Manresa lo ocho amigos con dirección a La Jonquera, donde pasaríamos la primera noche en un hostal que había localizado previamente Lídia.
El sábado temprano hacíamos el movimiento de coches necesario para la organización de la excursión, un vehículo permanecería en La Jonquera y el otro en Lavall, ya en territorio francés.
Iniciamos el camino desde Lavall sobre las 10h 30’ de la mañana del sábado y, con unas vistas espectaculares en la lejanía, tanto del mar como de las montañas, íbamos avanzando en medio de un paisaje repleto de hermosos parajes, acompañados en gran parte por las hojas caídas del avanzado otoño.
Pasadas las cuatro de la tarde llegábamos al Refugio de la Tanyareda, donde pasaríamos la noche. Mientras una parte del grupo iba a buscar agua, el resto buscábamos leña. Ya todos reunidos permanecimos largo rato delante de la chimenea, absortos por el poder magnético del fuego. Una cena temprana y a dormir durante largas horas hasta que comenzó a amanecer.
El domingo nos pusimos en marcha con el primer destino situado en el Puig Neulós, más tarde pudimos visitar un pozo de hielo y seguimos ruta atravesando Le Perthus, pasando a los pies del Fuerte de Bellaguarda y continuando hasta Panissars, donde se encuentra un cementerio militar, una torre y unas ruinas romanas. El final de etapa estaba en La Jonquera.
Aquí la mitad del grupo tuvo que marchar (Marta, Eva, Miquel y Edu) ya que al día siguiente trabajaban. Los cuatro restantes (los 4 Jotas -3 Jordi y un Joan-) nos quedamos a dormir en un refugio a las afueras del pueblo. Es un lugar acogedor y con buenas vistas de La Jonquera. Lástima que los vándalos hayan destrozado una edificación próxima con duchas y lavabos.
El lunes partíamos hacia nuestro primer destino del día, el Castillo de Rocabertí, interesante en sí mismo y por las vistas que permite contemplar. Horas más tarde encontramos detenidos en medio de la pista un numeroso grupo de vehículos todo terreno, esto nos permitió descubrir y contemplar los restos de un avión DC6 que en el año 1986 se estrelló mientras colaboraba en la extinción de un incendio. Más tarde nos encontramos con un antiguo horno de ladrillos y minutos después con un horno de cal.
Finalmente llegábamos al último refugio de la excursión, refugio del Forn de Calç, cerca del Castillo de Requessens. Encontramos a dos parejas de Barcelona que pasarían también la noche allí. Al tratarse de un refugio pequeño y ser 8 personas nos organizamos para compartir la estancia de la forma más cómoda posible. Como cosa curiosa señalar que una de las parejas estaba acompañada por sus dos gatos que viajaban siempre con ellos. Teniendo en cuenta los hábitos nocturnos de estos felinos es fácil entender cómo se paseaban por encima nuestro a media noche. Al anochecer también se acercó una zorra (animal de cuatro patas) merodeando con curiosidad. Nosotros cenamos mientras el otro grupo hacía una pequeña excursión nocturna, al volver, nosotros ya dormíamos y cuando nos despertamos al día siguiente ellos continuaron durmiendo.
El martes otra etapa muy interesante con un paisaje muy variado. Una primera parte en constante subida y la segunda mitad en una bajada inacabable que nos iba acercando al coche. A lo largo del día el paisaje igualmente espectacular.
Una vez finalizada la excursión paramos en La Jonquera para comer y después continuar hasta casa sin ningún incidente.
En resumen, cuatro días muy interesantes, tanto paisajísticamente hablando como por la compañía.
Además las previsiones eran de lluvia, frío y nieve y, en realidad, no ha caído ni una gota de agua, la nieve se divisaba en la lejanía y gran parte del camino se podía hacer en manga corta.
Esperando la siguiente actividad, quizá bicicleta, quizá espele, quizá, quizá, quizá…
1 comentario:
que bonitas fotos y que sitio mágico os habéis buscao! Un saludo para el blog.
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