Finalmente, nos dirigimos hacia la sima situada a unos cuantos kilómetros de allí. El último tramo de la pista está nevado pero no tenemos ninguna dificultad para llegar al aparcamiento.
Nos equipamos junto al coche con todo el equipo de espele y unas polainas para evitar la entrada de nieve durante la aproximación hasta la boca.
Como dato curioso encontramos allí una pareja y el chico, espeleólogo, nos pregunta de qué club somos. Le explico que somos del GEXXI, un grupo multiclub unido por el interés por la espele. Entonces nos enseña un mensaje de móvil, en el que alguien sabedor de que acostumbraba a hacer espele en solitario, le informaba de que el GEXXI le podía interesar. Dialogamos un rato mientras Manel instala la cavidad.
El primer pozo, de generosas dimensiones, nos deja en una base con una fuerte rampa repleta de troncos y rocas de cierta dimensión. Al final de la rampa, encontramos en un lateral un nuevo pozo de menores dimensiones que acaba en una superficie inclinada, también cubierta por troncos putrefactos, rocas y sedimentos. Alguien ha desobstruido un lateral sin conseguir nada, a priori, interesante.
Valoramos la posibilidad de dedicar algún esfuerzo en el futuro para explorar nuevas alternativas en la cavidad y comenzamos a salir hacía el exterior.
Una vez en los coches nos cambiamos y tenemos que echar mano de una pala plegable y de nuestra fuerza para desatascar uno de los coches, atrapado por la nieve. Sin más incidencias nos dirigimos de nuevo a Sant Quirze de Besora.
Los seis (Mary, Manel, Jordi C., Dirk, David P. y yo) volvemos al restaurante de la mañana y, a pesar de que es muy tarde, nos permiten comer. Hacemos una larga sobremesa y continuamos haciendo planes futuros para el GEXXI.
Otro día perfecto, en compañía de amigos y con el único objetivo de hacer espele y pasarlo bien.
Si te interesa el proyecto GEXXI, encontraras información de cómo acceder al grupo en http://gexxi.blogspot.com/
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