RELAX EN EL TURBÓN



Un fin de semana alejados del fuerte calor estival y disfrutando de los maravillosos paisajes de la montaña. En esta ocasión la escapada ha sido al Turbón, montaña aragonesa de casi 2.500 metros de altura.
Un par de noches durmiendo en el Refugio La Plana (a 2.000 metros de altura), al que solo se puede acceder caminando varios kilómetros o con vehículo todo terreno (la pista de unos 7 Km. tiene tramos con fuertes pendientes y varias curvas cerradas con mucha piedra suelta). Esta segunda opción fue la nuestra, lo que nos permitió llevar abundante comida y bebida refrigerada.





Fon la Plana con el Turbón al fondo.







Al atardecer cambian los colores, cambian las montañas.

La luna creciente comienza a adueñarse de todo.

Llega la noche. Entre las nubes aparecen las estrellas. La segunda noche solo hay estrellas.

La subida al Turbón desde el refugio dura alrededor de hora y media, un paseíllo, pero tanto desde la cima como desde los alrededores del refugio cada movimiento de cabeza nos muestra paisajes preciosos que nos permitirían pasar varios días allí casi sin movernos. El color cambiante de las montañas al atardecer y el cielo sin contaminación lumínica que nos permiten contemplar el universo con total nitidez acaban de completar el retrato.
Subiendo hacia el Turbón. La casa y el coche ahora son minúsculos.

Seguimos subiendo, grimpando un tramo, aunque no sería necesario.
Desde la cima






En el prado que rodea el refugio deambulaba un grupo de vacas, animal al que estamos muy acostumbrados pero que no deja de ser un placer contemplar mientras pastan o nos miran con sus grandes ojos. También pudimos disfrutar de la presencia de un buen número de sarrios (rupricapra rupricapra) no demasiado lejanos a nosotros.

Un sarrio mientras descendíamos de la cima. La mayoría los vimos en la zona rocosa cercana al refugio.





A 200 metros del refugio hay una manguera con agua potable -que llena un bebedero para los animales- (Fuen de La Plana), aunque estos días salía una cantidad ínfima, por lo que se tardaba varios minutos en llenar una botella. Bajando por la pista se accede a la Fon de la Pedreña, con bastante más caudal.

Fon de La Pedreña

Haciendo el tonto por la noche...

El refugio dispone de chimenea pero no hay leña en los alrededores. En esta ocasión encontramos tres o cuatro sacos con algo de leña en su interior, aunque preferimos no usarlos y dejarlos para quien de verdad necesite calentarse.. Una mesa con bancos a su alrededor puede dar cabida a diez o más personas sin dificultad. Un altillo, al que se accede por dos escaleras, permite dormir a un numero similar de personas.
El refugio estaba algo sucio de polvo y tierra, básicamente. Nuestra intención era limpiar antes de marchar pero la última noche llegaron cuatro excursionistas y dejamos la tarea para ellos, ay que permanecerían allí más tiempo. Nos limitamos a llevarnos lo que consideramos un exceso de botellas de plástico vacías y botes de vidrio sucios.


Para acabar el largo fin de semana, una vuelta por Graus, bonito pueblo para una pausa en el camino.



El Turbón al fondo.




 
Bonito lugar, bonita compañía y bonita experiencia...


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