GEXXI - EL EDIFICIO


Han pasado once meses desde que el GEXXI empezó a caminar. En esta ocasión no haré una reflexión sobre la espeleología, que es el motivo de ser del grupo, ni sobre las decenas de actividades llevadas a término. Me centraré en un pequeño y modesto análisis sociológico del grupo. Lástima que no sea mi especialidad ni la psicología ni la sociología, porqué hubiese disfrutado muchísimo más y, evidentemente, este artículo sería mucho más provechoso.

Los componentes del grupo, los diferentes individuos, nos podemos conocer durante las actividades en las que coincidimos y en las que podemos hablar en persona, ver nuestra forma de movernos, las miradas, las acciones, etc. y mediante los comentarios o ausencia de comentarios en nuestra página interna dentro del Facebook.

En realidad somos una pequeña sociedad, un edificio con algo más de 50 vecinos. Unos que están en él desde que se levantó (algunos incluso ya daban vueltas por allí con anterioridad, después de comprar sobre plano), otros han llegado y antes de dejarse conocer han abandonado su nueva vivienda, otros han ido viniendo a ocupar pisos vacíos que nunca antes habían estado habitados y otros que han ocupado las viviendas de los que han marchado por no cumplir el lugar las expectativas o por cambio de necesidades.

En todos los casos los nuevos vecinos son bienvenidos y tenemos curiosidad por conocerlos, queremos que llenen los pisos vacíos y colaboren en el mantenimiento del edificio. Algunos no dan la oportunidad de ser conocidos porque marchan pronto o se encierran en su vivienda o están siempre fuera y vuelven solo para dormir. En otros casos se trata de personas que se dejarán ver esporádicamente y no participarán de forma activa en el funcionamiento de la comunidad, estarán pero no se notarán. Después tenemos el grupo de los activos, en mayor o menor grado. Desde aquellos que se limitan a ir a las reuniones de la comunidad, hasta los que continuamente proponen mejoras y participan en todas las propuestas o arreglan las pequeñas averías (cambio de bombillas, riego de las plantas, arreglo de puerta de la entrada que no cierra bien, etc.). También están aquellos que intentan arreglar los conflictos entre vecinos y aquellos que son más proclives a estar en medio de los problemas (los que tienen perros, los que quieren todo muy limpio, los que no soportan ningún ruido o los que ponen la tele muy alta).

La propia naturaleza humana hace que la convivencia sea un juego de equilibrios y que unas personas tengan más capacidad de adaptación que otras. Aparecen conflictos, normalmente por discrepancias mínimas. Si nos parásemos a pensar en lo que de verdad es un problema, y eso solo acostumbra a pasar cuando lo tenemos encima, nos daríamos cuenta que todas esas cosas que, de una forma u otra nos amarga la vida, no son más que nimiedades. En muchas ocasiones un vecino no nos cae bien pero en realidad no hemos tenido ningún problema con él. Quizá un día le hemos saludado y no nos ha respondido y no nos hemos planteado que quizá tiene problemas visuales o auditivos; otro cuando riega deja caer agua en nuestro balcón y no se lo hemos dicho pero nos hemos sentido molestos o quizá hay un niño pequeño en el piso de arriba que hace ruidos y pensamos que los padres no lo controlan suficientemente.

Ante los problemas podemos dejar el edificio e ir a otro, pero si no somos capaces de analizar el conjunto de factores y tener claro que, posiblemente, nosotros somos parte del problema y que algo tenemos que aportar para la solución de los mismos, previsiblemente volveremos a encontrar problemas en el nuevo edificio.
Las alternativas son enfrentarnos a los problemas e intentar solucionarlos o irnos a una unifamiliar aislada. No tendremos los problemas de los vecinos pero tampoco sus ventajas.

Desde aquí invito a algún experto en relaciones humanas que además sea espeleólogo a unirse a nuestro grupo. Tendrá un buen lugar para estudiar y, si es un vecino activo, colaborar en llevar de forma correcta nuestras relaciones.

También me gustaría que tú que estás leyendo este artículo, seas del GEXXI o no, colabores en el mismo mediante la opción de comentarios que hay al final del texto.

Si eres uno de los vecinos del edificio, creo que tu participación es muy importante para el presente y el futuro del grupo, tanto en las actividades que se llevan a cabo, como dando vida a nuestro “local social” dentro del Facebook. Para algunos el GEXXI es nuestra primera residencia, para otros la segunda o tercera residencia, pero quizá algún día sea la primera y es interesante que el edificio haya resistido el paso del tiempo.

En pocas semanas tenemos la fiesta del primer aniversario, cuantos más seamos más divertido y más entrañable será.

Como diría aquel, en inglés original: Si, nosotros lata. Si, nosotros perro. Si, nosotros podemos.

Gracias por leerme y animarme a seguir escribiendo.

5 comentarios:

Lluís dijo...

Tens raó, però entenc que qui no vol pols, que no vaigi a l'era, m'agrada estar en l'era, no m'agrada la pols, ni res que s'assembli.

salut i al forat.

monica dijo...

Joan,
Ahora sé porque vivo en un chalet unifamiliar!!! jajajajajajajaja
Nada...un par de días que os toque el solete y toooo arreglado...que tanta oscuridad no es buena para el cutis!!! ;-)
Besos
Mo

Josep Herrerías dijo...

Joan y si ponemos un portero,que nos limpie, nos traiga el periodico,nos baje la basura....etc.
Bromas aparte, es cierto que la convivencia puede ser buena o dificultosa,pero todo depende del esfuerzo y la aportación que todos pongamos,si no, Aqui no hay quien viva ¡¡¡ serie tv.

JL Galdon dijo...

Jajajajaja, a mi el GEXXI me recuerda a la viñeta aquella de un tebeo que se llamaba "13 RUE DEL PERCEBE"

montse i angel dijo...

Joan te has expresado muy bien, esperemos que el grupo pueda cumplir muchos años, nosotros si el trabajo lo permite vendremos a la fiesta de aniversario