Joan Montoya: MALLORCA

Si en el primer trimestre del año tocaba un viaje a las lejanas tierras de Moscú y en el segundo trimestre el viaje era en bicicleta haciendo el Camino de Santiago (Camino del Norte) en este tercer trimestre el viaje ha sido por la más cercana y siempre acogedora isla de Mallorca.

Más allá de la imagen de la Mallorca masificada que muchas veces tenemos en nuestra mente, hay otra isla mucho más tranquila y casi paradisíaca. Es la Mallorca del interior y de la costa no tan explorada turísticamente y fuera de la temporada más fuerte de las vacaciones. En esta ocasión he ido acompañado por dos amigos de la península y con la compañía de otra amiga que vive en la isla y conoce bien sus secretos y, como no, con la participación esporádica de otras personas, conocidas o no, que siempre ayudan a enriquecer cualquier viaje. Gracias a todos por estos días tan interesantes.

Han sido ocho días de relax, sin despertadores, ni relojes, sin prisas y sin objetivos concretos, han sido unos días que bien podrían extenderse al resto del año sin dudarlo ni un momento.

A continuación expondré algunas fotos para deleite de quien siga este blog con cariño, sin más intención que compartir imágenes lejanas a las desgracias que los telediarios nos acostumbran a mostrar. Se de cierto que más de una de las personas que entren en este artículo prefieren ver esas imágenes de desgracias en lugar de estas placenteras, pero eso es fácil de satisfacer.

Sin más preámbulos ni explicaciones a continuación expondré las fotos sin demasiado rigor ni orden, no están todas las actividades ni lugares visitados pero si una muestra de algunos momentos.

Nuestra casa de turismo rural en Son Macià.