Después de hacer, el viernes, una excursión de tarde en bicicleta de poco más de 30 km. por los fantásticos paisajes de la comarca del Bages, el sábado tocaba una improvisada excursión por la Conca de Barberà de unos 68 Km. Cambio de itinerario y cambio de compañero de aventuras.
La idea era hacer el siguiente recorrido: Sarral - Vallver - Biure - Aguiló - Santa Coloma de Queralt - Llorac - Conesa - Forés - Sarral pero, cuando pasábamos en coche por Santa Coloma de Queralt, pesamos que era una buena opción iniciar el recorrido allí y hacer un trayecto menor en coche.
Cuando intentábamos aparcar me encuentro una amiga en medio de la calle, ¡que casualidad!, además trabaja en una pastelería-cafetería, así que hacemos el desayuno allí.
Iniciamos el recorrido con una larga subida que nos hace pasar el frio de golpe. El paisaje que va a pareciendo a nuestro alrededor es sorprendente y muy bello. Aunque el cielo está completamente nublado la lluvia nos respeta y vamos encontrando a nuestro paso pequeños pueblos realmente bonitos.
En torno al kilómetro 25 yendo de Forés a Sarral la pista esta embarrada y las ruedas de la bicicleta quedan completamente llenas de barro, hasta el punto de que no giran. Debemos limpiar el barro con un palo en diversas ocasiones y avanzar caminando mientras hacemos pasar la bicicleta por la hierba de los márgenes.
Justo a la entrada de Sarral escucho un ruido de roto, primero pienso que será la cadena, pero compruebo que lo que se ha roto es la pastilla que une el cambio al cuadro. Imposible continuar ya que no puedo pedalear. Acabamos de llegar al pueblo y, al ser complicado encontrar un taxi que nos acerque hasta el coche, decidimos tirar una moneda al aire para ver quien hará los 17 Km por carretera que faltan hasta Santa Coloma de Queralt. Me toca ir a mi, así que cojo la bici de mi compañero e inicio el trayecto. Al cabo de unos minutos empieza a llover, primero suave y luego con mucha intensidad, ¡además la carretera sube todo el tiempo!, pero sin más problemas al cabo de una hora llego al coche, me cambio la camiseta y voy de nuevo hasta Sarral, donde mi compañero me esperaba en el restaurante. Decidimos comer allí para coger fuerzas y volver a casa con el trabajo hecho.
En definitiva, una buena experiencia (aunque a muchos lectores les cueste entender que sea así), adquiriendo nuevos conocimientos y minimizando los problemas que tienen solución (en realidad, en ningún momento lo he clasificado como problema). Hemos disfrutado de unos paisajes hermosos y planteamos repetir en el futuro nuevas excursiones de este tipo por los ricos y cercanos caminos de nuestra tierra.
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