GEXXI - FORAT DEL MIQUELET

En esta ocasión hemos ido al Forat del Miquelet en la Serra Cavallera. Se trataba, como casi siempre el GEXXI, de hacer diferentes actividades en una. Por una parte estaba el grupo "deportivo" con la intención de bajar, ver y subir y por otra el grupo "explorador" con la intención de continuar la exploración de la cavidad, intentando despejar algunas dudas sobre su posible continuidad en algunos puntos.

A la actividad han asistido 14 miembros del GEXXI (algo más de un 25 % del total de integrantes del grupo). Quiero destacar la presencia de Patricia, por ser su primera salida con el GEXXI desde que se apuntó al grupo hace unos meses, y de Toni, incorporado al grupo hace escasos días. Me gustaría poderlos ver con cierta frecuencia participando en nuestras actividades y que hayan encontrado el ambiente esperado.

Tras reunirnos en un bar y desayunar, nos distribuimos en cuatro vehículos para desplazarnos a la cercanía de la cavidad. El cielo cada vez estaba más cubierto de nubes por lo que dos compañeros decidieron no entrar al Forat para poder quedarse con su pequeño retoño. El resto iniciamos el ascenso por la empinada ladera cubierta de hierba, disfrutando de un paisaje que recuerda a Asturias y Cantabria.
Al rato nos encontrábamos en la boca, abierta en mitad del manto verde. Mientras nos cambiábamos, un grupo de cabras se acerco rápidamente a pocos metros del grupo, mirándonos con curiosidad.


Fuimos penetrando por el embudo inicial y, de forma natural se formaron dos grupos. Uno se dirigió a la parte más profunda y bonita y el otro a una zona paralela para intentar despejar algunas incógnitas de exploración. Descartadas algunas opciones quedan algunas alternativas pendientes para futuras visitas. De vuelta, algunos visitamos la otra parte de la cavidad. Un par de despistes fueron las anécdotas de la visita; a destacar el ascenso por una cuerda equivocada durante el regreso al exterior, que concluía con la pregunta "¿Y esto por donde continúa?"...



La salida fue más fácil que la entrada, ya que Toni se ocupó de apartar un bloque que obstruía parcialmente la entrada. Reunidos de nuevo en el exterior pudimos comprobar que no había llovido y que, por tanto, no bajaríamos rodando hasta el valle. Descendimos la larga pendiente herbosa y, de nuevo en los coches, nos dirigimos al bar de la mañana para hacer una comida­merienda-cena. Un largo rato de conversaciones cruzadas nos permitió definir futuras actividades y conocernos un poco más.
Finalmente, ya de noche, llegamos a casa, a la espera de otro fin de semana en el lado oscuro de la tierra... y ya llevamos visitadas en torno a 50 cavidades en un año!!!!!

1 comentario:

der K dijo...

Tengo la sensación que las salidas a las que no me apunto son más guays ... y no (solo) lo digo por la asistencia de Patricia.
Un saludo!